El volcán Wolf, el más alto del archipiélago, mantiene su actividad eruptiva con intensidad variada por el lado sureste desde el 6 de enero pasado, fecha en la que empezó este nuevo proceso; sin embargo, la lava no ha llegado al mar.
De acuerdo a los reportes del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional se evidencia varios puntos calientes que se observan desde el satélite y la lava podría estar fluyendo hacia el exterior por túneles, lo que es visualizado por los guardaparques que patrullan la zona desde la costa.
En Galápagos, por lo regular, las erupciones volcánicas duran pocos días pero han existido casos en las que éstas se han extendido a varios meses, como en esta ocasión. En el 2018, el volcán Sierra Negra erupcionó durante dos meses.
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