El petrel de Galápagos, conocido también como “patapegada” por su similar hawaiano, es la única ave marina endémica de Galápagos que escoge los suelos húmedos de las partes altas de las islas para depositar un solo huevo al año en el mismo nido que fueron incubados y criados por sus padres. Las colonias de esta especie de ave son monitoreadas de manera constante por la Dirección del Parque Nacional Galápagos.

Los guardaparques se adentran en zonas de frondosa vegetación para revisar cada nido y asegurarse que los pichones se encuentren en perfectas condiciones hasta que estén listos para volar y alimentarse por sí solos.

Este noviembre comienza la época en la que los petreles abandonarán su nido por lo que los guardaparques realizarán el anillado de identificación a las 10 colonias de petreles juveniles en la isla Santa Cruz. Este proceso permitirá reconocerlos cuando regresen a anidar en los próximos años y llevar un control poblacional de la especie.